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Así lo afirmó Antonio Brochado, experimentado buzo argentino, especialista en salvamento que estuvo en comunicación directa con Sudamericana. El profesional de la material, explicó ahora se sabe que la ventana de proa estaba certificada para 1.300 metros, no para 4.000 ¿Cómo pueden pasar estas cosas en Estados Unidos?, se preguntó.
El experto analizó algunas de las posibles causas que pudieron llevar a una eventual implosión del sumergible. “No encontraba el modo de decir que no había ninguna posibilidad de vida”, reconoció. “Este artefacto naval era imposible abrir desde adentro y desde afuera, debido a la presión del agua que debía soportar a una profundidad de 3.800 metros, lo cual “es muy perturbador”.
Señaló como profesionales de toda una actividad de salvamento en Argentina se rige por la Revisión N° 7 de la Armada de los Estados Unidos. “Toda la actividad bajo el agua se rige por ese manual y uno termina valorando las exigencias de los organismos de control porque te preservan la vida”.
Asimismo, para el buzo resulta inconcebible que esto haya ocurrido en Estados Unidos: ¿Cómo puede ser que un artefacto naval fuera piloteado desde adentro con un joystick de 40 dólares? ¡Había dos personas muy experimentadas adentro!, exclamó.
Detalló que por lo que conversado con colegas, el material era fibra de carbono y titanio, lo más resistente del mundo. Y añadió: “En la unión de esos materiales está el tema; ahora se sabe que la ventana de proa estaba certificada para 1.300 metros, no para 4.000. Estas son cosas que nos llegan de España: ¿Cómo puede ser?”. Y destacó que no se puede dar un paso sin el control riguroso de organismos
“El francés había bajado 30 veces a la zona del Titanic y el dueño de la compañía, que piloteaba la nave”, insistió.
Además agregó que no era la primera vez que esta estructura descendía. Y tras la conversación con colegas, observaron que el artefacto naval estaba arriba de un barco que le daba apoyo, como un bulto, para luego salir a aguas internacionales. Eso en Estados Unidos no puede pasar. ¿Qué estuvo pasando con estos seres que no eran improvisados?
La comunicación se corrió a 1 hora 40 y a las dos horas llegaban al fondo. Faltaba muy poquito. “Creemos que fallaron la unión de las estructuras”, añadió, porque una vez que entra en un cambio busco de presión, se genera la implosión.
Brochado explicó que habían llegado a la zona del Titanic, en ese lugar de oscuridad total la luz artificial puede llegar a tres o cuatro metros. “Me atrevo a asegurar que el material sufrió fatiga”.
Y detalló algunas consideraciones sobre el control de los equipos. “Los botellones de buceo que se utilizan cada 4 o 5 años se les hacen una prueba hidráulica, hasta que llega un momento en que no se pueden usar más”.
Y añadió que si en la unión del material es una zona delicada, el ingreso de agua puede ser implosiva, pero también puede ser lenta, porque no es algo que demore mucho tiempo.
Al hablar de escombros se habla de material que se rompió y esparció. El trabajo en esa diferencia de presión que se llama implosión hace que se multiplique el impacto: “puede haber segmentos de fibra de carbono y titanio”, destacó el profesional.
El experimentado buzo explicó que antes de esta noticia, no encontraba la forma de decir que no había ninguna posibilidad, “como profesional yo lo sabía, eso solo se podía abrir en la superficie, cómo podía decir que estas personas no iban a sobrevivir”.
Cree que es posible un rescate a 4.000 metros. Aun así, salvar la vida es otro tema: “no podés introducir oxígeno dentro del artefacto, a diferencia de los submarinos que podés acoplar otras herramientas”, expresó.
Y detalló que la única posibilidad es tener la capacidad mecánica de subirlo a la superficie para recuperar la estructura, pero tan sobre el tiempo, “hay que olvidarse de salvar a las personas: eran solo 96 horas de oxígeno, que ya estaban agotadas”.